Cuando éramos niños todo era nuevo para nosotros no existía una conciencia clara de lo que significaban las emociones y las aprendimos de con quienes crecimos nuestra mamá, papá, hermanos o de quienes nos cuidaban en esa entonces, algunas heridas más marcadas que otras podríamos decir que las emociones aprendidas de cada individuo de la tierra son distintas, pero que en algún momento todas se entrelazan en 5 heridas, llamadas la heridas del alma.
A cada herida aprendimos a colocarle una máscara las cuales forman parte de la que llamamos identidad hoy en nuestra vida adulta, y la incógnita que surge es ¿Somos nuestras máscaras?, ¿Somos Felices con ellas?, y para responder a esas preguntas entre otras que surgen, te comparto las 5 heridas de la infancia, a las que de alguna manera llamamos también las “Heridas del alma”, por que se han quedado grabadas en nuestro ser.
- El rechazo y la máscara de retirada.
- La humillación y la herida masoquista.
- El abandono y la máscara de dependencia.
- La traición y la máscara del controlador.
- La injusticia y la máscara del rígido.